Tras el gran éxito de Double Dragon II, Hollywood se puso en contacto rápidamente con los poseedores de los derechos con la intención de rodar una película basada en los famosos hermanos. La adaptación a la gran pantalla estaba programada para 1990, hasta el punto de que American Technos presionó a los equipos japoneses para que desarrollaran el tercer juego de la saga, para así poder lanzarlo al mismo tiempo que la película. Debido a cuestiones presupuestarias, Double Dragon III no fue desarrollado por los mismos programadores y diseñadores que en las dos primeras partes, y el presupuesto se vio reducido a la misma cantidad que se empleó en Double Dragon. Kishimoto Yoshihisa, además de tener que trabajar con un equipo de un nuevo estudio al que le faltaba experiencia en videojuegos, se vio forzado a añadir características que desgraciadamente contradecían el principio básico de que tres personas pudieran jugar y de tener diez personajes jugables e intercambiables.
Cuando se lanzó el juego tuvo críticas negativas, e incluso algunas personas dudaban de su conexión con las dos primeras partes de la saga. De todas formas, fue elogiado por sus ideas originales, como un sistema de actualización y ataques triples cuando los tres personajes estaban en el mismo sitio. Aun así, Kishimoto Yoshihisa admitió estar decepcionado por no haber tenido la libertad de crear un mundo digno del nombre de la saga debido a las restricciones que le impusieron.